Con la llegada de la IA se está produciendo un boom en la creación de apps y la nutrición no es una excepción. En concreto parece haber una explosión de apps y webs destinadas a crear planes nutricionales. Pero… ¿realmente es tan buena idea de negocio una app de creación de planes nutricionales?
Sobre mi…
Llevo muchos años en el mundo del deporte, la nutrición y, en general, con todo aquello relacionado con un estilo de vida saludable. Lo que empezó como un pequeño conjunto de buenos hábitos fue creciendo hasta que, con el tiempo, se hizo tan grande que se convirtió en mi estilo de vida. Lo que comenzó como un pequeño interés, se convirtió en un hobby y finalmente en una pasión por aprender y seguir aprendiendo.
También soy informático y emprendedor, de los que por gracia o por desgracia nunca han tenido éxito. Tal vez esa sea mi mejor carta de presentación, porque ya sabes lo que dicen: el fracaso es el mejor maestro.
Llegada de la IA…
A estas alturas creo que a nadie se le habrá pasado por alto la revolución que estamos viviendo con la Inteligencia Artificial (IA). Y si, sed conscientes de que la “estamos viviendo” en su más puro sentido, porque nadie sabe como va a evolucionar esto.
Obviamente el mundo de la nutrición también se ha visto impactado por la llegada de la IA, yo mismo he estado probando varios modelos con resultados muy prometedores: crear una sesión de entrenamiento, crear un plan completo de entrenamiento a X meses vista, crear planes nutricionales, etc.
Respecto a la nutrición es donde he visto recientemente más boom de aplicaciones y webs, la mayoría orientadas a B2C y de forma generalista, digamos que “para el gran público”. La “típica” app donde introduces tu edad, peso, altura, indicas tu objetivo y evualá ya tienes unas cuantas recetas con lo que comer y con las que por arte de magia conseguirás tus objetivos y por ende tu felicidad personal. Nada más lejos de la realidad.
Cuando creas un producto tienes que entender a tu público, como van a percibir tu producto, como se van a comportar con él a diario, etc. Y es aquí donde, con mi experiencia después de hablar con mucha gente y ver como se comportan frente al deporte y la nutrición, extrapolo al “público general” y te explico mis 6 motivos por los que no invertiría dinero, ni tiempo, ni esfuerzo en una app generalista para crear planes nutricionales, para contar calorías, para registrar lo que comes o, magia, hacer una foto a la comida y te dice las calorías que tiene.
Mis razones
Objetivos a corto plazo: la inmediatez como enemigo
Vivimos en una sociedad donde la inmediatez lo es todo. Queremos resultados ya y, si no los vemos, nos frustramos y abandonamos. Esta mentalidad es el principal escollo para un cambio de hábitos sostenible.
La gente busca soluciones mágicas. Cuando piensan en un plan nutricional, esperan ver cambios drásticos en cuestión de días o semanas. Si una app les promete un plan a largo plazo la probabilidad de que la abandonen es altísima. La mayoría de personas no están dispuestas a esperar a que su cuerpo se adapte y los resultados sean duraderos.
Las redes sociales están plagadas de “gurús” que prometen dietas milagrosas y transformaciones corporales espectaculares en tiempo récord. La gente se deja llevar por estas modas, esperando que una app les ofrezca lo mismo.
Una aplicación generalista, por muy bien diseñada que esté, no puede competir con el atractivo de una solución “exprés” o con el carisma de un influencer que comparte su “secreto”.
Seamos sinceros: la constancia y la paciencia no venden tanto como un “antes y después” de 30 días.
Objetivos irrealistas: cuando la fantasía supera la realidad
Aquí es donde chocamos con una barrera enorme: la percepción distorsionada que mucha gente tiene sobre lo que significa un cambio en el estilo de vida.
Es común escuchar a gente decir que quiere adelgazar 10 kilos en un mes. Si bien en algunos casos extremos y bajo supervisión médica esto podría ser posible, no es sano ni sostenible para la mayoría de las personas. Una app que generara un plan basado en esta expectativa solo estaría fomentando una relación dañina con la comida y el propio cuerpo.
La realidad es que la pérdida de peso saludable y mantenible es un proceso gradual. Todo aquel que realiza una dieta salvaje finalmente acaba sucumbiendo y obteniendo en denominado “efecto rebote”.
La falta de hábitos y la zona de confort: el verdadero desafío
Cambiar tus hábitos es duro. No es solo ajustar lo que comes, es modificar tu rutina, tu forma de pensar y, en esencia, tu forma de vivir. La mayoría de la gente no está realmente dispuesta a someterse a este nivel de compromiso, incluso sabiendo que sus hábitos actuales son perjudiciales para su salud a largo plazo. Una app, por sí sola, no puede infundir la disciplina necesaria para superar esa resistencia al cambio.
Nos encanta nuestra zona de confort, por insalubre que sea. Comer lo que nos apetece, cuando nos apetece, sin restricciones, es una comodidad difícil de abandonar. Mucha gente carece de la fuerza de voluntad necesaria para romper con esas costumbres arraigadas. Una aplicación te dará un plan, pero no te dará el empuje emocional o la motivación intrínseca que se necesita para seguirlo cuando las cosas se ponen difíciles, cuando el antojo ataca o cuando el sofá parece más atractivo que el gimnasio.
Falta de contexto: cada persona es un universo
Aquí radica uno de los mayores fallos de las apps generalistas. La nutrición no es una ciencia exacta aplicable a todo el mundo por igual.
Cada persona es ella y sus circunstancias. Un plan nutricional no puede ser un “café para todos”. ¿Tiene alguna condición médica? ¿Alergias? ¿Intolerancias? ¿Prefiere cocinar o comer fuera? ¿Tiene tiempo para preparar sus comidas? ¿Su presupuesto es limitado? Una app generalista puede tener en cuenta esta complejidad pero necesitas entender a la persona en su totalidad para realizar un plan correcto y, sobre todo, sostenible.
No puedes poner una dieta ultra-restrictiva a una persona acostumbrada a comer comida basura a diario. Eso es una receta para el fracaso. La gente necesita una adaptación progresiva. Una aplicación sin la capacidad de interactuar, de entender el punto de partida y de ajustar el ritmo del cambio, carecerá de la flexibilidad necesaria para guiar a la persona a través de un proceso que funcione a largo plazo. El éxito no está en la dieta perfecta en papel, sino en la que la persona puede seguir.
Educación nutricional: la gran desconocida
La educación nutricional es una gran desconocida. De la misma manera que no tenemos una educación básica de economía o finanzas personales, tampoco nos han educado para conocer a nuestro cuerpo, entender qué alimentos nos benefician y por qué.
La gente no sabe leer etiquetas, no distingue entre alimentos procesados y naturales y, a menudo cree mitos que circulan en internet. Una app, por sí sola, no puede suplir esta carencia fundamental. Se limita a darte un plan, no a enseñarte a tomar decisiones informadas a largo plazo.
La verdad: el enemigo público número 1
Aquí es donde la cosa se pone cruda.
A nadie le gusta escuchar verdades incómodas, especialmente cuando implican esfuerzo y tiempo.
A nadie le gusta oír la verdad y, la verdad sobre la nutrición y el cambio de hábitos es que requiere compromiso, paciencia y constancia. La realidad es que no hay atajos mágicos. Una app que presente la verdad sin adornos, que indique que el progreso es lento y que se requiere constancia, será percibida como menos atractiva que una que prometa resultados rápidos y sin esfuerzo.
El éxito duradero en la nutrición y el bienestar solo se consigue a través del largo plazo. Una adaptación progresiva, pequeños cambios que se suman con el tiempo, y una comprensión profunda de lo que funciona para cada uno.
Una app generalista, enfocada en generar planes automáticos, no puede inculcar esta mentalidad. Las apps prosperan vendiendo una solución instantánea, pero la nutrición real no funciona así. Y esa es la verdad que mucha gente no quiere escuchar.
Conclusiones
Como podemos entender por lo explicado anteriormente, una app de nutrición generalista tiene, en mi opinión, los días contados. No digo que sea imposible, el mercado está lleno de ellas y algunas muy rentables, pero conociendo al público te he presentado mis razonas por las cuales no veo el éxito fácil.
Con el cocktail anterior tenemos una app donde el “churn” o, ratio de perdida de usuarios, es increiblemente alto. Lo importante en un app no solo es la captación si no la retención y aquí es donde el perfil tipo de usuario que usa estas apps te da fuerte en la cara: gente que quiere resultados rápidos y con poca constancia/compromiso es, simplemente, un target de público que no va a usar tu producto más de un mes.
Puedes ofrecer un modelo freemium, tal vez consigas captar mucha gente que entra a curiosear pero, la velocidad de perdida de esos clientes va a ser simplemente salvaje. Al final solo un porcentaje muy pequeño de usuarios va a generar beneficios y para llegar a ser rentable tienes que quemar mucho dinero y aguantar tiempo hasta tener una masa crítica de clientes “comprometidos” suficientemente grande.
Otra cosa muy diferente es plantearse una aplicación más nicho, por ejemplo para deportistas amateurs o prefesionales. Un deportista que se toma en serio el entrenamiento sabe que la nutrición es crucial para su rendimiento. Ellos si son potenciales usuarios comprometidos y recurrentes. No son del tipo que prueban un mes y luego lo dejan. Saben que los objetivos son a medio/largo plazo y que la constancia es clave.
Quien sabe, tal vez acabamos de encontrado un buen nicho 🤔