Hace una semana hablabamos sobre las Las cualidades que realmente importan para ser un buen programador así que hoy me gustaría centrarme en las cualidades de un buen software engineer que, aunque en algunos aspectos puedan ser similares a las de un programador, difieren en cuanto a contenido y forma.
Ser un buen Software Engineer no es solo cuestión de saber escribir código que funcione, es mucho más que eso. Implica pensamiento crítico, empatía, comunicación, trabajo en equipo y, claro, una buena base técnica. En este artículo vamos a repasar cuáles son las cualidades que según la comunidad tecnológica debe tener un buen software engineer.
Introducción
Cuando hablamos de un Software Engineer podemos dar por hecho que va a tener una base de conocimientos técnicos solida y va a estar especializado en muchos de ellos: programación, estructuras de datos, patrones de diseño y arquitectónicos, manejo de bases de datos, sistemas distribuidos, etc.
Lo que realmente marca la diferencia y, de lo que vamos a hablar en los siguientes puntos, son los habilidades soft skills. Esas capacidades humanas que te permiten trabajar bien con otros, adaptarte, comunicarte de forma efectiva y pensar más allá de tu propio código. Vamos a ver cuáles son esas cualidades esenciales que convierten a un buen ingeniero de software en un profesional valioso y completo.
10 cualidades para ser un buen software engineer
1. Pensamiento lógico y resolución de problemas
La base de todo ingeniero de software, más allá de saber un lenguaje de programación o una tecnología concreta, consiste en poder entender un problema complejo, dividirlo en partes más pequeñas y resolverlo paso a paso.
Ejemplo: Imagina que estás diseñando un sistema de reservas para un cine. Un buen ingeniero no empieza a escribir código de inmediato. Primero piensa: ¿qué pasa si dos personas intentan reservar la misma butaca a la vez? ¿Y si se cancela una función? Tener esta capacidad de anticipar escenarios y resolverlos es clave.
2. Capacidad para trabajar en equipo
La imagen del programador solitario es cosa del pasado. Hoy, la mayoría del software se construye en equipo. Eso significa colaborar, recibir y dar feedback, y saber cuándo pedir ayuda.
Ejemplo: En una daily standup, un buen software engineer no solo dice “todo bien”. Comparte lo que está haciendo, plantea dudas y ofrece ayuda si ve que un compañero está atascado. Participa activamente en pull requests con comentarios útiles.
3. Comunicación clara
Saber explicar tus ideas, tanto al equipo técnico como a perfiles no técnicos, es una habilidad muy valiosa. Especialmente cuando tienes que defender decisiones de arquitectura o explicar por qué algo no puede entregarse en una fecha determinada.
Ejemplo: Si trabajas con producto y QA, es esencial explicar por qué un cambio pequeño en apariencia puede implicar una gran refactorización. Un buen software engineer sabe traducir conceptos técnicos a un lenguaje comprensible.
4. Curiosidad y aprendizaje continuo
La tecnología cambia todo el tiempo. Lo que hoy está de moda, mañana puede quedar obsoleto. Un buen software engineer no deja de aprender.
Ejemplo: Aunque domines React, te interesa cómo funciona Svelte. O investigas sobre Rust aunque trabajes en Go. No porque lo vayas a usar mañana, sino porque entiendes que ampliar tu caja de herramientas te hace mejor profesional.
5. Atención al detalle (pero sin caer en la parálisis por análisis)
Ser detallista marca la diferencia entre un código que “anda” y uno que es mantenible, testeado y pensado para el futuro.
Ejemplo: Una persona detallista no deja funciones con nombres genéricos. Piensa en las personas que van a leer ese código dentro de seis meses. También revisa bien una PR antes de enviarlo, cuidando los tests, el estilo y la lógica.
6. Pensamiento sistémico
Un buen software engineer ve más allá del ticket que tiene asignado. Entiende cómo sus cambios impactan en el sistema completo: rendimiento, escalabilidad, experiencia del usuario y mantenimiento futuro.
Ejemplo: Te piden cambiar un endpoint para devolver un dato más. En vez de simplemente añadirlo, piensas: ¿este cambio afecta a otros servicios? ¿Hay algún contrato API que rompería? ¿Es compatible hacia atrás?
7. Humildad y mentalidad de crecimiento
El ego es uno de los grandes enemigos en la ingeniería de software. Nadie lo sabe todo y los errores son parte del proceso.
Ejemplo: Un buen software engineer no se ofende cuando le hacen una review exigente. Agradece el feedback, reconoce cuando se equivoca y busca mejorar constantemente.
8. Sentido del producto y del usuario
No basta con que el código funcione. ¿Está resolviendo un problema real? ¿Es usable? ¿Está alineado con los objetivos del negocio?
Ejemplo: Estás trabajando en una nueva feature para una app de delivery. No solo piensas en cómo implementarla técnicamente, sino también en cómo la va a usar el repartidor desde su móvil, con poca cobertura y en la calle.
9. Buen criterio técnico
Esto se gana con el tiempo, pero es crucial. Significa saber cuándo aplicar un patrón de diseño, cuándo abstraer algo y cuándo es mejor no complicar.
Ejemplo: En vez de meter un microservicio nuevo para cada cosa, un buen software engineer sabe cuándo es mejor mantener todo en un monolito bien estructurado. O cuándo vale la pena meter Redis y cuándo es mejor usar caché en memoria.
10. Capacidad de priorizar y tomar decisiones
En un entorno de desarrollo real siempre hay más trabajo del que puedes hacer. Saber priorizar, decidir qué es urgente y qué no, es fundamental.
Ejemplo: Ves que una tarea está mal definida. En vez de perder horas implementando algo mal, paras y buscas aclararlo. O decides postergar una optimización porque hay un bug que está afectando a usuarios en producción.
Conclusiones
Ser un buen software engineer va más allá del código. Implica saber pensar, comunicar, trabajar con otros y tomar decisiones con impacto. Es una mezcla de técnica, actitud y empatía.
Al final del día no se trata de ser un genio aislado sino de construir cosas útiles junto a otras personas. Y eso requiere habilidades técnicas pero también humanas.